Es muy útil empezar a reflexionar desde ahora sobre los objetivos que se quieren cumplir en la Enseñanza Media. El propósito es que la transición de la educación básica a la media se convierta en una etapa beneficiosa, donde se puedan desarrollar los talentos y adquirir los conocimientos para formar - a futuro - un profesional de excelencia. Obviamente, esto hay que proponérselo. No llega solo; se construye diariamente.
No te vaya a pasar que estés noches enteras estudiando o haciendo trabajos sin obtener buenas notas. ¿Puede pasar? Claro, si no sabes estudiar bien y no eres metódico en las horas de clases, no es difícil que eso ocurra.
Un estudiante exitoso es el que es capaz de combinar bien distintos aspectos cognitivos, metacognitivos y afectivos.
Pongamos casos concretos. Por ejemplo, si se habla del plano cognitivo, un buen alumno es, entre otras cosas, el que sabe leer con el objetivo de captar los contenidos esenciales de un texto. Para eso explica, es necesario utilizar estrategias, como la lectura de títulos y subtítulos, subrayar palabras clave y hacer anotaciones al margen del texto. Así se logra identificar lo esencial, dejando de lado lo adjetivo.
Otra característica importante de un buen alumno, es la capacidad de síntesis. En ese sentido, hacer resúmenes, esquemas y mapas conceptuales mientras se estudia es súper útil, sobre todo si se hacen antes de una evaluación.
Un alumno exitoso también es capaz de expresar con sus propias palabras las ideas centrales de un texto o una clase, reuniendo los elementos de un tema para construir un todo coherente. Además, está consciente de que la ejercitación le permite consolidar el aprendizaje en determinadas áreas y establece constantemente relaciones entre los conocimientos que ya tiene sobre algo y lo nuevo que se les está presentando.
Otro aspecto importante es la necesidad de que un alumno sepa darse cuenta a tiempo cuando no está entendiendo. De esa forma, podrá ponerse en acción, preguntar y aclarar dudas, ya sea con sus compañeros o profesores.
Para los buenos alumnos, los estudios ocupan un lugar importante en su vida, pero que, realmente, no lo hacen sólo por la nota, sino por el placer de entender mejor la realidad.
No te vaya a pasar que estés noches enteras estudiando o haciendo trabajos sin obtener buenas notas. ¿Puede pasar? Claro, si no sabes estudiar bien y no eres metódico en las horas de clases, no es difícil que eso ocurra.
Un estudiante exitoso es el que es capaz de combinar bien distintos aspectos cognitivos, metacognitivos y afectivos.
Pongamos casos concretos. Por ejemplo, si se habla del plano cognitivo, un buen alumno es, entre otras cosas, el que sabe leer con el objetivo de captar los contenidos esenciales de un texto. Para eso explica, es necesario utilizar estrategias, como la lectura de títulos y subtítulos, subrayar palabras clave y hacer anotaciones al margen del texto. Así se logra identificar lo esencial, dejando de lado lo adjetivo.
Otra característica importante de un buen alumno, es la capacidad de síntesis. En ese sentido, hacer resúmenes, esquemas y mapas conceptuales mientras se estudia es súper útil, sobre todo si se hacen antes de una evaluación.
Un alumno exitoso también es capaz de expresar con sus propias palabras las ideas centrales de un texto o una clase, reuniendo los elementos de un tema para construir un todo coherente. Además, está consciente de que la ejercitación le permite consolidar el aprendizaje en determinadas áreas y establece constantemente relaciones entre los conocimientos que ya tiene sobre algo y lo nuevo que se les está presentando.
Otro aspecto importante es la necesidad de que un alumno sepa darse cuenta a tiempo cuando no está entendiendo. De esa forma, podrá ponerse en acción, preguntar y aclarar dudas, ya sea con sus compañeros o profesores.
Para los buenos alumnos, los estudios ocupan un lugar importante en su vida, pero que, realmente, no lo hacen sólo por la nota, sino por el placer de entender mejor la realidad.
Un estudiante éxitoso se da cuenta de que el aprendizaje siempre exige dedicación y que, por lo mismo, se esfuerzan independientemente del disgusto por la materia, el profesor o las dificultades implícitas del aprendizaje.
Para desarrollarse en forma efectiva en clases, es necesario - finalmente - aprender a organizar el tiempo libre, de manera que se evite la presión y el estrés de estar con los cuadernos a última hora.
Para desarrollarse en forma efectiva en clases, es necesario - finalmente - aprender a organizar el tiempo libre, de manera que se evite la presión y el estrés de estar con los cuadernos a última hora.
Colectivo Aula Estudiosa.
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