Por casualidad, ordenando mi pieza encuentro una versión del Concierto para clarinete y orquesta de Mozart, recuerdo, entonces, que en esos documentales sobre la vida de Julio Cortázar, alguien señalaba que murió escuchando esta pieza musical. Me imagino cuántas veces esta melodía te acompaño en tu departamento de la rue Martel en París. En un día como hoy 12 de febrero, pero de 1984 muere Julio Cortázar, acompañado de Aurora Bernárdez y Luis Tomasello. En esa mañana fría del funeral, los asistentes cuentan que no hubo ningún rito particular para la ocasión, ni discursos, salvo la flor que cada uno iba; dejando en su ataúd. El silencio y la humedad fueron otros de los acompañantes esa mañana.
Como en una de tus lecturas preferidas "Un sueño realizado" de Onetti, me dejo llevar, al igual que en un viaje alrededor de una silla, pensando que tu mejor obra eres tu mismo, que el mundo parece mejor y más soportable, cuando te leo. Qué te podría decir Julio; desde mi humilde orfandad de la palabra, tal vez haber deseado escribir para ti, lo que tu desdicaste a Ernesto Guevara; con ocasión de su muerte.
Yo tuve un hermano.
No nos vimos nunca
pero no importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.
Crónica, Bernardo Ortega
Colectivo Aula Poética.
Como en una de tus lecturas preferidas "Un sueño realizado" de Onetti, me dejo llevar, al igual que en un viaje alrededor de una silla, pensando que tu mejor obra eres tu mismo, que el mundo parece mejor y más soportable, cuando te leo. Qué te podría decir Julio; desde mi humilde orfandad de la palabra, tal vez haber deseado escribir para ti, lo que tu desdicaste a Ernesto Guevara; con ocasión de su muerte.
Yo tuve un hermano.
No nos vimos nunca
pero no importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.
Crónica, Bernardo Ortega
Colectivo Aula Poética.
1 comentario:
Gracias, por acordarse de Cortázar...
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