Cuando éramos pequeños uno de nuestros mayores retos era el de aprender las tablas de multiplicar. Los años previos veíamos a los niños mayores estudiándolas y nos parecían otro mundo, un sinfín de número relacionados entre sí que teníamos que memorizar de por vida.
Como persona que ha dedicado parte de su tiempo a dar clases de matemáticas a alumnos de secundaria y bachillerato os diré que lo de memorizarlos de por vida es bastante relativo en la era de las calculadoras, pero el caso es que en un principio nos asustaba. Además, a todos se nos atrancaba alguna tabla en concreto, normalmente la del 9, pues todos los resultados nos parecían números gigantes.
Bien pensado, es una tontería tener problemas con una tabla que supone un resumen de todas las demás, pero a los niños pequeños a veces les cuesta llegar a este punto de raciocino, por lo que no les viene nada mal recurrir a truquitos como el que vamos a ver a continuación. Si tenéis algún joven familiar en edad de aprender las tablas de multiplicar estad atentos, porque os va a adorar cuando se lo enseñéis.
Lo primero que tenemos que hacer es extender los diez dedos de la mano e ir escondiéndolos de uno en uno según el número por el que multipliquéis el nueve. Por ejemplo, si quieres resolver 9×3 tendrás que esconder vuestro tercer dedo y contar los dedos que quedan a cada lado. A la izquierda hay dos y a la derecha siete. ¡27! Exactamente, 9×3=27. Sigue probando con toda las opciones y contatarás que se cumple .
No hay comentarios:
Publicar un comentario