Esa mañana, Kyle me había insistido en que tuvieramos una conversación. Por el tono de su voz; parecía importante. Llevamos dos años juntos desde que se vino de Estados Unidos a vivir conmigo. Al llegar al departamento encontré una nota que aún conservo y leo de vez en cuando. Abro la ventana. Respiró profundamente. Retengo el aire, como si quisiera detener por unos cuántos segundos todo el ajetreo de la calle. En este momento recuerdo a mi profesora de inglés, Miss Morgan - que con voz chillona - nos repetía en clases: “alguna vez niños van a necesitar hablar y entender el idioma inglés”. En eso estoy ahora, Miss. En eso estoy. En eso ... en ...
Autor: Juan Ernesto Abreu.
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