jueves, 22 de enero de 2015

Ábaco I


Creatividad, imaginación, concentración, memoria visual, de orientación espacial y sensorial... los beneficios de utilizar el ábaco en la infancia son infinitos. Este instrumento de cálculo, inventado en Asia Menor y considerado como el precursor de las calculadoras modernas, es utilizado como un juego por niños en cada vez más colegios de nuestro país. Son centros que siguen el método impartido por el centro  UCMAS  Concepto  Universal  del Sistema de  aritmética  Mental. Esta institución usa el ábaco tradicional japonés, formado por una estructura de madera con barras paralelas por las que corren bolas que se mueven y les permiten llevar a cabo operaciones aritméticas sencillas. «Ver a un niño utilizar el ábaco es una maravilla. Para empezar, lo manipulan con las dos manos, no solo con una, lo que les produce un control sensomotor de los dos hemisferios»...

La franja de edad más habitual para empezar a utilizar este instrumento milenario se sitúa entre los cinco y los trece años. Su aprendizaje suele llevarse a cabo mediante programas educativos extra escolares, aunque últimamente muchos colegios también lo están incorporando a su currículum y a su plan de estudios. Su uso se ha popularizado en el sistema escolar español en los últimos tiempos porque, según Segura, gracias al ábaco los niños aprenden a razonar. «Dependiendo de la posición de las fichas, visualizan que hay diferentes formas de llegar a los resultados. En definitiva, aprenden a pasar del problema a la solución, no a memorizar», asegura este experto.

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