Para Eduard Punset, la causa principal de la crisis no está en la falta de dinero, ni en los padres o en los estudiantes, ni siquiera en los sindicatos. “El gran error es que ha cambiado el mundo cuando la educación sigue siendo básicamente la misma”, afirmó en su intervención en el Global Education Forum que se celebró en el Museo Reina Sofía de Madrid, organizado por la Fundación SEK, la Institución Educativa SEK y la Universidad Camilo José Cela.
"Aprendizaje social y emocional para una educación distinta” era el tema de la conferencia de Punset, en la que aseguraba que el problema de los jóvenes no es que esa multiplicidad de plataformas debilite su atención o su capacidad de concentración, “lo que ocurre es que les interesan otras cosas diferentes de las que nos interesan a nosotros”, por lo que considera urgente que aprendamos a gestionar “la diversidad impresionante de este mundo globalizado” y, al mismo tiempo, aprender a gestionar lo que tienen de común esos individuos tan dispersos y dispares, “las emociones”.
Autoestima y afecto
Este
divulgador científico y director de Redes para la Ciencia reconoce que lo
maravilloso de los seres humanos es que “estamos programados para ser únicos” y
no podemos cambiar el mundo pero “podemos cambiar el cerebro de la gente”.
También definió a los educadores como “los manipuladores (en el buen sentido)
de la sociedad, del conocimiento”, pero también fija un plazo a la posibilidad
de influir en la estructura cerebral, los seis años y advirtió “lo que no
hayáis hecho antes de los seis años es tiempo perdido”. Punset valora como
fundamental, “educar generando un alto nivel de autoestima” e invitó a
“derrochar afecto” hacia los niños antes de que cumplan los seis años para que
tengan ganas después de “profundizar en el afecto de los demás”. Con estas dos
premisas, incentivar la autoestima y derrochar afecto, “te salvas; sin ellas,
te hundes”, reiteró.
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