jueves, 19 de enero de 2017

Emciones y Aprendizaje II


Etimológicamente el término de emoción viene del latín emotio – onis  que significa el impulso que induce a la acción. De ahí que las emociones son importantes para el proceso de enseñanza-aprendizaje  puesto que es necesario mantener una conducta motivada en los estudiantes para garantizar aprendizajes de calidad. Al respecto, Maturana y Verder-Zöller (1997) manifiestan que "los seres humanos vivimos en un continuo fluir emocional consensual en el cual aprendemos en nuestra coexistencia en comunidad" .
En tal sentido, los aprendizajes significativos son producto de la interacción que fluye entre el docente y el estudiante permeados por emociones gratas, los cuales internalizados en un proceso entre la razón y la emoción garantiza un efecto deseado. Así, se ha demostrado que las emociones representan junto a los procesos cognitivos un factor determinante en la adquisición del conocimiento, tomando en consideración que si la experiencia de aprendizaje es agradable a los estudiantes, ellos lograran aprendizajes significativos, de lo contrario propiciarán procesos emocionales negativos que generará una conducta de huida hacia la disciplina que administre el docente en su momento y entre los diversos estudios generados sobre ella.
En este sentido, es importante señalar que los procesos emocionales deben ser considerados en el campo educativo, puesto que estos no solamente ocurren en el interior del sujeto sino que también son parte de la interacción social. Circunstancia por la que se suelen llamarse procesos psicosociales, los cuales conforman la base central de la educación. Así, se hace necesario hacer un breve recorrido por las teorías que han surgido sobre las emociones con el propósito de conocer las características más resaltantes que se conocen en la actualidad y las cuales se establecieron en un contexto histórico-social respondiendo a las tradiciones que los seres humanos han experimentado en la sociedad.

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