jueves, 19 de enero de 2017

Emociones y Aprendizaje III


Desde la Teoría Evolucionista de Darwin (1872), se tiene que esta representa el origen de prácticamente todas las teorías biológicas sobre las emociones y el fundamento de lo que posteriormente han sido las formulaciones biológicas y expresivas. En esencia, éste autor planteó que los movimientos corporales y las expresiones faciales cumplen un papel de comunicación entre los miembros de una especie, transmitiendo información acerca del estado emocional del organismo, es decir que estas tienen un valor funcional que le ayudan al ser humano a acoplarse o defenderse en relación con su medio, incluida las situaciones sociales. En este proceso, la Teoría Psicofisiológica con autores cómo James, Lange, Cannon, Bard y otros, manifestaban que las emociones precedían de los cambios corporales luego de haberse producido el estímulo. Así también James (1890), resumió su teoría con la famosa frase: "Sentiremos tristeza porque lloramos, enojo porque golpeamos y miedo porque temblamos". Es importante hacer notar que a pesar de la dificultad de esta teoría, fue de gran interés debido a la designación de las emociones como un estado subjetivo y personal que dio origen a investigaciones acerca de la influencia del sistema nervioso autónomo sobre la emoción. Asimismo, las Teorías Cognitivas con autores como Arnold (1960-1970), Schachter-Singer (1962) y otros, quienes defendían que los factores cognitivos eran los elementos más importantes en la determinación de una reacción emocional, donde el cerebro primero debía evaluar el significado del estímulo y luego estas evaluaciones llevan las tendencias a la acción. Según esta teoría, lo que da cuenta de los sentimientos conscientes es la tendencia sentida a dirigirse hacia objetos y situaciones deseables, y a alejarse de los no deseables. Aunque las evaluaciones puedan ser conscientes o inconscientes, se tiene acceso consciente a los procesos de evaluación tras el hecho estímulo, evaluación, tendencia a la acción y emociones.
Por último, desde la Teoría Neurológica, se tiene que las emociones se producen en el Sistema Límbico denominado así por Paul MacLean (1949-1975) y sus precursores, conocido también como el cerebro del sentir o el cerebro de las emociones humanas, el cual  se ubica debajo de la neocorteza y exactamente detrás de la nariz, compuesto de varias estructuras donde se originan los afectos o estados emocionales. Según Goleman (1995) "cuando estamos dominados por el anhelo y la furia, trastornados por el amor y retorcidos de temor, es allí cuando se puede decir que se está dominados por el cerebro límbico".


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